martes, 30 de julio de 2013

Monasterio de Ostrog


Miércoles 24/07/2013


Durante unos días estuve hablando con Nemanja para ir al monasterio de Ostrog. Finalmente nos pusimos de acuerdo para ir el Miércoles. Hablé con Sian, por si le interesaba venir a verlo y me dijo que por supuesto. Al salir de trabajar, vino el primo de Nemanja, Danilo, que quería acompañarnos y el hermano, Ogngien, nos recogió en nuestro trabajo a eso de las cuatro de la tarde. Fuimos a Danilovgrad a esperar que Sian llegase de Niksick. Mientras esperamos, Nemanja me llevó a su casa a conocer a sus padres. No hablaban inglés, pero eran muy simpáticos y hospitalarios. Me ofrecieron de comer y de beber. Como no quería ser maleducado dije a todo que sí. Me trajeron un rakija de ciruela hecho por ellos mismos, el cual estaba muy bueno, de los mejores junto con el de Darko y el de membrillo. Brindé con el padre y con la madre. Se reían cada vez que decía una palabra en Montenegrino, como Zivjeli (salud), Hvala (gracias), Kako je (cómo estás), Zdravo (hola) o Dobar dan (buenas tardes). Pero no se reían de mí, era una risa que significaba: bravo! Guau! No me puedo creer que sepas tanto de nuestro idioma. Me encanta ese sentimiento, aunque sean palabras básicas, puedes ver cómo cambia el semblante de la gente, para bien, cuando saben que no eres de aquí pero puedes pronunciar su difícil idioma. Después del rakija me ofrecieron comida, pero dije que no porque acababa de comer hacía apenas dos horas. Aún así, la madre de Nemanja me trajo un plato con un lomo embuchado muy parecido al de España. Para no ser descortés ni maleducado, me lo comí todo. Acto seguido apareció con más lomo, supongo que pensaría que tenía mucha hambre, un plato de queso y un plato de pan. Luché por mi vida, pero el queso estaba tan bueno que fue imposible resistirme a dejarlo ahí. Así que acabé con el nuevo lomo, el queso y el pan. Vi que la madre volvía a la carga con más comida, pero en ese momento me salió un "no no, please" mientras me llevaba la mano a la panza en señal de que iba a reventar, creo que me entendió, porque se llevó el plato y me sirvió más rakija.

Cuando Sian me avisó que estaba llegando nos fuimos a buscarla a la parada de autobús. Una vez en el coche, nos pusimos rumbo a Ostrog.

El trayecto fue de alrededor de 45 minutos. Unos 45 minutos de lo más bello que puedas imsginar. Un paisaje impresionante, unas montañas enormes, un valle precioso, unos rayos de Sol pasando a través de las nubes que parecían vestigios de un Dios que nos decía: bienvenidos a mi monasterio.

Una vez llegamos allí, por una carretera tremendamente sinuosa y "snakely" (a veces olvido palabras españolas... Es lo que tiene no tener contacto con españoles o con mi idioma natal) aparcamos el coche. En teoría tienes que dejar el coche más abajo, pero en la barrera, Nemanja dijo que venía con sus amigos español y australiana y nos dejaron pasar. Ostrog está formado por dos monasterios, el monasterio up y el down. Estuvimos en los dos, pero el bonito es el up, el de arriba vamos. 



El monasterio de arriba de Ostorog está, literalmente, construido dentro de la montaña. Excavado en la roca de la misma y construida la fachada sobre ésta. Data del siglo 15 y es el monasterio ortodoxo más antiguo del mundo. Allí se respiraba tranquilidad, más que en la mayoría de los sitios en los que he estado. Debe ser una maravilla despertar una mañana allí, abrir las ventanas y ver el amanecer allí.



Lo malo es que por dentro no se podían hacer fotos. Entramos en una parte que tenían un ataúd de un santo ortodoxo que se llamaba Saint Basilije. Dicen que los cuerpos de los santos no se descomponen, así que allí estaba, tapado por unas túnicas rojas tejidas con finas bordaduras de oro. La gente besaba una cruz que sostenía en lo que parecía su mano. Dentro de esa cueva, porque parecía una cueva pero con ventana, había un montón de frescos pintados en la roca, se conservaban en bastante buen estado pese a tener más de 500 años. También había un sacerdote ortodoxo al que Nemanja le dijo que éramos de España y Australia, así que se puso de pie y rezó unas oraciones por nuestros seres queridos, vivos y muertos.

Aquí es donde viven algunos de los sacerdotes y donde está la tienda de souvenirs. A la salida, Nemanja nos regaló a Sian y a mí un rosario ortodoxo, así que escogí el que menos pareciera eso para poder ponérmelo sin que tuviera ninguna imagen de una persona muerta.



Cuando nos fuimos del monasterio de Ostorog, paramos en el de abajo, pero era mucho más pequeño, del siglo 16/17, y realmente no mucho interesante que mencionar. Después visitamos un convento de monjas, era realmente bonito, pero parecía bastante nuevo. Le pregunté a Nemanja si aquí en Montenegro también es típico que las monjas hagan dulces y demás. Me dijo que sí, pero que no los vendían, que los hacían para ellas y para las familias que vivían en el convento, porque a parte de las monjas, también había familiares de éstas, o del sacerdote, que por lo visto aquí pueden tener familia. Al menos, eso fue lo que entendí que me contó Nemanja.

Para finalizar nuestro maravilloso viaje, fuimos al río a tomarnos una cerveza. Simplemente era una especie de embarcadero, con una nevera que contenía muchos refrescos y cervezas. Pedimos dos cervezas, una coca cola y un zumo de fresa, costó todo 3€ (barato eh?). Tenían cuatro pequeñas piscifactorias y podías, allí mismo, pedir peces para llevártelos a tu casa o para que te los cocinaran allí en una barbacoa que tenían. También podías pescarlos tú si te apetecía. Yo lo intenté en el río, pero no teníamos demasiado tiempo y lo único que pude sacar fue una buena foto mía con la cámara de Sian. 


Buenas noches Danilovgrad :)


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