jueves, 11 de julio de 2013

Fin de semana de Viaje (I)


El Jueves 4 de Julio por fin empecé a trabajar. Me llevaron a conocer la oficina, los sitios de trabajo, las obras que están en construcción, el personal, tomar café... Primeras tomas de contacto vamos. Después de ello me dieron el Viernes libre y comenzó el fin de semana con un maravilloso Juernes :) El viaje planeado pintaba muy bien, Viernes y Sábado en Herzeg Novi, Sábado tarde y Domingo por la mañana en Kotor y luego ir a una playa.

El Viernes por la mañana cogimos Heena y yo un autobús en frente de la casa para ir a la estación. Costó 0.30€, y era un microbús algo cochambroso, asientos de madera con obras artísticas grabadas con llaves por los anteriores ocupantes del sitio. La puerta del bus está siempre abierta, por si te quieres tirar en marcha o salir en algún momento que pare, del estilo de Londres. Una vez en la estación compramos el billete para ir a Herzeg Novi, costó 9.50€, un poco caro pensé al principio, ya que eran unos 80 km, pero lo que no sabía era que iban a ser casi 4 horas de viaje. Un viaje alucinante, bonito, precioso, con unos paisajes impresionantes, pero 4 horas. No sé si compensa, ya que hay otro bus que tarda algo menos de la mitad, no da tanto rodeo, se mete en un ferry y te transporta por el agua ahorrándote telita de tiempo.

El recorrido que hicimos fue (por si alguien quiere buscarlo):
Podgorica-Budva
Budva-Kotor
Kotor-Perast





Perast-Herzeg Novi

Pero, por supuesto, entre mitad de los sitios que he mencionado, iba parando en cada uno de los pueblecitos, de cuyos nombres no puedo acordarme. Es por esto que el viaje es tan largo. Aunque yo creo que merece la pena, porque puedes ver Boca Bay entera, de PÉ a PÁ. Si no te importa estar encerrado tanto tiempo en un autobús con gente que, normalmente, no se da cuenta que en verano se suda más de lo normal, disfrutarás de un paisaje maravilloso. Eso sí, la próxima vez cogeré el autobus-ferry.

Una vez llegamos a Herzeg Novi, llamamos a la persona a la que le habíamos alquilado el apartamento. Se llama Đuro (se pronuncia Dyiuro, como Django), y es un tipo excelente. Vino a recogernos a la estación, nos dio toallas y nos llevó a la casa (os dejo una captura de pantalla del número de teléfono por si alguna vez vais, porque merece muchísimo la pena, ahora veréis). Nos preguntó de dónde éramos y al decirle yo España, me dijo que hace poco tuvo un huésped de Granada. Le dije que yo era de allí, nos reímos de la casualidad y entramos en al piso.


Salón con sofá cama



Un cuarto con dos camas


Cuarto con una cama de matrimonio y unas vistas impresionantes.



Vistas desde el cuarto de matrimonio.


Entrada de la casa, está lindando con el castillo Kanli-Kula:


También tenía cocina con muebles nuevos, horno, microondas, lavadora y frigorífico. El cuarto de baño también era bastante nuevo. Bueno, y todo ello por el módico precio de 50 euros la noche.

Dejamos las maletas y nos fuimos a pasear por la ciudad, ir al puesto de información turística, enterarnos de lo que había que ver, comer y hacer algo de tiempo hasta las 5 de la tarde, que había que ir a la estación para recoger a Stephanie, que llegaba desde Niksick (ella tiene allí sus prácticas). 

Una vez la recogimos, fuimos paseando por la ciudad (aquí llaman a todo ciudad, pero para mí era un pueblo, de grande como La Herradura o Almuñécar). 





Fuimos al monasterio Savina (unos 40 minutos, sin parar, andando por el paseo marítimo). Mereció la pena, ya que íbamos metiendo los pies en el agua en cada calita que nos encontrábamos. Además, Stephanie se trajo su cámara Canon "ultimomodelo" y capturaba cada momento que le inquietaba. Algunos como estos:



Aunque no lo parezca, estoy metido en el agua hasta mitad del muslamen :)



El monasterio Savina está en una pequeña colina cerca de la playa, la verdad que estos ortodoxos se lo montan muy bien. En aquel lugar no se escuchaba nada más que el piar de los pájaros y el crujir de nuestras pisadas.




Detrás del monasterio, había un cementerio de sacerdotes ortodoxos y algunas monjas. También estaba la residencia de estos. Me llamó la atención una tumba en particular. Parecen dos alas de un ángel, o al menos eso imaginé cuando la vi desde lejos.



También me intrigó esta otra tumba (quien será...?)


Después de respirar tranquilidad en el cementerio, fuimos andando hasta la "Spanjole Fortress" (casi una hora y veinte andando desde el monasterio). Nos habían dicho que era una fortaleza  abandonada encima de una colina, y ya sabéis lo que me gustan a mí las ruinas y cosas lúgubres y decadentes. Las chicas no querían ir porque estaban cansadas y había que andar bastante. Les dije que yo iba a ir sí o sí. No podía dejar pasar la oportunidad de ver aquellas ruinas españolas construidas sobre el siglo XV, y menos aún cuando hice cálculos y vi que llegaríamos justo para la puesta de Sol. Menos mal que fueron! Me agradecieron mucho que las convenciera y las guiara para ir. Y es por cosas como esta por las que me estoy enamorando de este pequeño gran país.


Llegando a la fortaleza











Y buenas noches desde la Spanjola :)


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